Los bombardeos de la información

Reflexión...

El mundo es un lugar injusto y desigual, en la que algunos nacen en la riqueza y algunos en el hambre y la pobreza. Esta es la premisa de la que se parte cuando se habla de globalización.
Todos queremos un mundo mejor. Sin embargo, existe una divergencia de opiniones: por un lado están aquellos que piensan como José Saramago, Ramonet y Bové, voces contra el modo en el que se está llevando a cabo en el mundo el modelo de globalización (Voces contra el mundo), quienes sostienen que la mundialización contiene pobreza y, por otro lado, aquellos que, como Johan Norberg con su documental Globalisation is good, quieren mostrar como la mayor parte de los mitos sobre la globalización están fundados en la ignorancia de principios económicos o en mentiras propagandísticas de los enemigos del capitalismo global y cómo esta forma de economía nos puede beneficiar a todos.
Voces contra la globalización analiza temas cómo el papel de Europa, el poder económico, los mercados financieros, los paraísos fiscales, el pensamiento único, cuál es el papel real de organismos como el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial o la Organización Mundial del Comercio, y qué pasó realmente en Argentina para que su economía se viniera abajo. En definitiva, nos invita a la reflexión de si otro mundo es posible.
Cultura, Política, Comunicación y Economía son los elementos necesarios para intentar comprender el mundo actual y, dentro de éste, intentar descubrir las estructuras de poder, que, al fin de cuentas, son las que manejan la situación y marcan las directrices. Asimismo, los grandes grupos multimedia, también llamados los nuevos amos del mundo, han entrado en una dinámica de fusiones, alianzas o concentraciones para coger posición en el dominio de una información mundial.
Los grandes grupos de comunicación están en el seno del proceso de la globalización, forman parte del primer poder y es que los mercados financieros son los que encierran de forma indirecta las actividades de los grupos de comunicación, de los medios de los que emanan los mensajes. No hace falta recordar que la televisión es, en todo el mundo, la principal cultura de la sociedad. Los grandes grupos de comunicación son un electo esencial de la estructura de poder que se concreta en conexiones entre finanzas, empresas de telecomunicaciones, medios de comunicación vinculados a grupos relevantes y empresas teóricamente ajenas a la comunicación, como puede ser el caso de las firmas del sector de la construcción, grandes almacenes, líneas aéreas, tabacaleras, y un largo etc. Como puede ser el caso del Grupo Gallardo, una empresa siderúrgica que ha entrado a formar parte del grupo Prisa.
Un ejemplo de estas uniones se muestra también en la película El Dilema. Se expone el problema de emitir el trabajo del periodista por cuestiones económicas, las repercusiones que la emisión del trabajo de investigación puede tener para una gran industria. Problema que se agrava si añadimos que la cadena en la que se iba a emitir ese reportaje está en venta y la tabacalera que se vería afectada por la emisión del trabajo periodístico es una posible compradora.
Los intereses de poder que están detrás de los medios de comunicación se reflejan en los mensajes que les llegan, o no, al receptor. El profesional de la información y el receptor que desconozca estos intereses pueden ser manipulados con facilidad.
El periodista debe saber que la estructura informativa nunca va a cuestionar la economía de mercado en la que se encuentra inmersa porque es que dicha estructura está dentro del mercado mismo. Por esta razón, los mensajes que emiten los medios tratan de mantener y justificar la estructura de poder dominante. La capacidad que los medios de comunicación tienen de atraer y dirigir la atención de la sociedad, de ser un canal de persuasión, de confirmar legitimidad o deshonrar, etc. hace que muchos periodistas sean objetos de presiones por parte de los poderes; estamos ante la manipulación informativa.
El medio de comunicación, en un sistema de esta naturaleza, opera como una empresa que vende noticias y que, al querer obtener el máximo de ganancias, su criterio informativo pasa también a ser un criterio puramente financiero, desde el momento en que la empresa trabaja con preferencia con los contenidos que le aseguran y proporcionan mayores ventas. Dentro de este marco, sus ingresos no provienen de la audiencia o la venta de ejemplares, sino de los ingresos que por publicidad obtienen de las restantes empresas, las cuales, en contrapartida, exigen al medio que siga una determinada línea favorable a sus estructuras e intereses.
La importancia del control que todos los poderes quieren ejercer sobre los medios de comunicación radica en que los medios se han convertido en los configuradores de la realidad. Hasta tal punto que podemos afirmar que lo que no sale en los medios no existe.
A pesar del fenómeno globalizador, el sector de la comunicación tienen unos profesores que marcar la pauta: los Estados Unidos y el mundo anglosajón en general.
Si bien, desde los atentados del 11 de septiembre y aún más, desde la guerra de Irak, la televisión qatarí Al Jazeera o Al Yazira ha mostrado al mundo otro punto de vista de los acontecimientos más trascendentes y recientes de la historia del mundo.
Esta televisión, como se muestra en el documental, nace en noviembre de 1996 y, en poco tiempo, se ha convertido en la mejor televisión del mundo árabe; centrándose en la causa o causas árabes a partir del conflicto de Afganistán.
El éxito de Al Jazira ha demostrado que existe una amplia gama de receptores en el mundo árabe que están descontentas con el mensaje de Occidente en relación a los asuntos que les afectan. Es por ello que esta televisión cuenta el ambiente internacional desde un clima local, con un discurso con el que los receptores se sienten más próximos. Pero, por lo que esta cadena se ha hecho mundialmente famosa ha sido por emitir los vídeos de Osama Bin Laden lanzando amenazas e insultos a los americanos después de los atentados del 11 de septiembre. Retransmisiones que han hecho que algunas voces en Occidente la consideren como un instrumento de propaganda de la red de Al-Qaida y de Osama Bin Laden. Para otros, sin embargo, especialmente en el mundo musulmán, Al Jazira es la única conexión con lo que ocurre.
Sin embargo, Al Jazeera no es una cadena con total libertad de expresión, como reconocen en el vídeo sus propios trabajadores, bien por su financiación, bien porque Qatar no vive en democracia plena. Además, pese a que este medio, junto con el resto, sostiene que la publicidad le otorga independencia, debemos saber que para ellos independencia es la ausencia de conexión con los poderes públicos. Sin embargo, los medios en general están sujetos a una doble dependencia: privada y pública. La primera les llega desde las presiones de las empresas anunciadoras y desde sus accionistas y, la segunda les llega desde sus intereses políticos.
Xavier Mas de Xaxás afirma al respecto: “Cuanto más invierte una compañía en la publicidad de un medio, menos margen de maniobra tiene este medio para publicar algo en contra de esta compañía. Los fabricantes de automóviles, las grandes superficies y las industrias del turismo, la energía y el entretenimiento, por ejemplo, muy raramente son objeto de noticias negativas”.
Lo que sí es esta cadena árabe es una nueva visión de la realidad para los árabes de todo el mundo.
Además, ha permitido que una parte de los telespectadores occidentales vieran imágenes de los efectos de los bombardeos en el bando iraquí por parte de las tropas norteamericanas. Imágenes que el ejecutivo estadounidense decidió prohibir. Por su parte, las grandes emisoras americanas ofrecieron una versión de acuerdo a los lineamientos del Departamento de Defensa Norteamericano que sugería no pasar al aire imágenes de soldados aliados muertos en combate o hechos rehenes.
Frente a tales estructuras de poder poco puede hacer cualquier persona o institución que no posea un poder semejante. Así, a pesar de escuchar constantemente que existe la pluralidad, los medios españoles, por ejemplo, ya sean públicos o privados, defienden el orden occidental. Junto a esto, hay que tener en cuenta que todo este proceso se desenvuelve en una economía de mercado, y que por encima del ciudadano están los números, la cuenta de resultados y la cifra de negocios, por lo que es habitual que los grupos de comunicación, sean quienes sean, pongan en práctica proyectos en común para llegar a sus metas numéricas.
En este contexto estamos ante una profesión que antepone, en muchas ocasiones, o por no decir siempre, su carácter mercantil a su función pública. La información es una materia demasiada importante como para encuadrarla dentro de cualquier sector industrial. Sin embargo, lamentablemente, los medios se han dejado contaminar por criterios poco o nada periodísticos pero que aseguran su beneficio.